En un contexto nacional donde las políticas de género han sido desfinanciadas y el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad ha sido eliminado, las provincias intentan sostener lo que el Estado nacional ha abandonado. En Mendoza, las trabajadoras de la Dirección de Género y Diversidad insisten en la importancia de sostener la presencia territorial como herramienta clave para acompañar a mujeres y diversidades en situación de violencia.
Luisina Blanco, coordinadora del Observatorio “Mujeres, Disidencias, Derechos” MUMALA (mujeres de la matria latinoamericana) y trabajadora social de la Dirección provincial, subraya que “hoy más que nunca es fundamental que las mujeres sepan que las instituciones provinciales siguen funcionando”. La especialista enfatiza que en este clima de retroceso nacional en materia de derechos, las organizaciones y direcciones territoriales cumplen un rol clave para evitar que la desinformación y los discursos de odio ganen terreno. “Muchas mujeres creen que ya no existe ningún tipo de política de género, y por eso es crucial estar en los barrios, cara a cara, para que sepan que no están solas y que hay equipos trabajando para acompañarlas”, explicó.
En el plano nacional, la desaparición del Ministerio y la reducción drástica de programas sociales destinados a la atención de violencias de género han generado un vacío que las provincias intentan paliar con recursos limitados. Esta situación se da mientras los indicadores de riesgo no descienden: según datos aportados por Blanco, más del 40% de las mujeres que atraviesan las áreas de género en Mendoza continúan cohabitando con su agresor, aun cuando ya no son sus parejas.
“La casa sigue siendo el lugar más peligroso para nosotras”, advierte la trabajadora social, señalando que el 68% de los femicidios registrados este año en la provincia ocurrieron en el ámbito doméstico. En este contexto, la continuidad de los operativos territoriales es central para poder ofrecer asistencia, orientación legal, y también el ingreso a programas como “Nuevas Redes”, que otorgan ayuda directa a mujeres y diversidades que transitan situaciones de violencia.
Además, Blanco destaca que, ante la retirada del Estado nacional, también es crucial reforzar las instancias de formación comunitaria. Por eso, desde la Dirección de Género de Mendoza se lanzó recientemente la Escuela de Género, Diversidad y Gobierno, una propuesta educativa virtual y gratuita a través de la plataforma del IPAP. “Ya están abiertas las inscripciones para seis cursos que abordan temáticas como trata de personas, masculinidades, diversidad sexual, violencia digital y ESI, entre otros. Además, en breve vamos a sumar más propuestas que nacen de las demandas de la propia comunidad”, explicó Blanco.
En relación con la ESI (Educación Sexual Integral), uno de los temas más cuestionados en el debate público reciente, Blanco fue clara: “Mientras algunos intentan desacreditarla diciendo que tiene ‘ideología de género’, nosotras sostenemos que la perspectiva de género no es ideología, es derechos”. Aunque en Mendoza la ESI se sigue implementando formalmente, Blanco reconoce que la transversalización real aún depende mucho de la voluntad de cada docente. “Muchas veces se limita a una hora semanal, cuando debería atravesar todas las materias, desde matemáticas hasta literatura, porque de esa manera las niñas y niños pueden incorporar estas herramientas en todos los espacios”, afirmó.
El retroceso nacional, también se refleja en la desaparición de materiales educativos y la falta de campañas públicas que antes permitían visibilizar estas temáticas. Sin embargo, desde las organizaciones feministas y los equipos provinciales insisten en no retroceder. “La ESI salvó vidas, permitió que miles de niñas, niños y adolescentes pudieran denunciar abusos, reconocer situaciones de violencia y construir relaciones más igualitarias. Entonces, cuando alguien la cuestiona, nos preguntamos: ¿qué es lo que temen?”, plantea.
Frente a un panorama adverso, Luisina sostiene que las provincias deben redoblar esfuerzos para garantizar derechos. “El desmantelamiento nacional nos empuja a estar más presentes que nunca. La calle, los barrios, las escuelas, son los lugares donde seguimos diciendo a las mujeres: estamos acá y vamos a acompañarlas”, concluye.
Quienes deseen inscribirse a los cursos de la Escuela de Género deben inscribirse acá y para acceder a información actualizada sobre las políticas públicas provinciales, pueden consultar las redes sociales de la Dirección de Género y Diversidad de Mendoza, donde también se publican estadísticas recientes sobre la situación de violencia de género en la provincia.