“El Salto, en Potrerillos, fue escenario de los tradicionales festejos el pasado fin de semana. Con gran convocatoria, las jornadas del sábado 16 y domingo 17 incluyeron actividades ecuestres, competencias a caballo y demostraciones de destreza criolla. Además, los vecinos disfrutaron de comidas típicas y compartieron en comunidad una celebración de las raíces culturales de la región.”
El pasado fin de semana, la localidad de El Salto, en Potrerillos, se convirtió en el epicentro de los festejos por el Día de la Tradición, una fecha clave en el calendario cultural argentino que rinde homenaje a nuestras raíces y a la figura de José Hernández, autor del emblemático poema gauchesco Martín Fierro.
Con una notable convocatoria, vecinos y visitantes de la región se reunieron el sábado 16 y domingo 17 de noviembre para disfrutar de un evento que combinó tradición, comunidad y cultura. Las actividades incluyeron competencias a caballo, demostraciones de destreza criolla y exhibiciones ecuestres que mostraron el talento y la conexión de los participantes con sus animales.
La celebración no solo destacó por sus espectáculos, sino también por la oportunidad de compartir en comunidad. Puestos de comidas típicas ofrecieron una amplia variedad de platos tradicionales, como empanadas, locro y asado, que invitaron a los asistentes a disfrutar de los sabores característicos de la gastronomía criolla. Mientras tanto, entre mates y charlas, el público fortaleció lazos y revivió el espíritu de camaradería que caracteriza a este tipo de encuentros.
El Día de la Tradición se celebra cada 10 de noviembre en honor al nacimiento de José Hernández, una figura clave en la identidad cultural argentina. Su obra Martín Fierro no solo representa la vida del gaucho, sino que también se ha convertido en un símbolo de los valores nacionales y la defensa de las tradiciones. El gaucho como figura de lo identitario nacional, como peón sin tierra, ni lugar, que se lo despoja por el solo hecho de ser Argentino nativo.
En Potrerillos, esta conmemoración fue mucho más que una fecha en el calendario: fue una oportunidad para valorar las costumbres y reafirmar el compromiso con la preservación de las tradiciones que nos identifican como argentinos. Los organizadores y participantes coincidieron en que este tipo de celebraciones son esenciales para fortalecer el sentido de pertenencia y transmitir nuestra herencia cultural a las nuevas generaciones.
El cierre de las jornadas estuvo marcado por un clima festivo que dejó un mensaje claro en estos contextos donde solo se revindica lo de afuera: el amor por nuestras tradiciones está más vivo que nunca.