La familia desalojada por Abel Pintos reconstruye su vida

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La familia Angulo Ferreira rehace su hogar en Jocolí Viejo (Lavalle, Mendoza) con apoyo comunitario, luego de ser expulsada por el emprendimiento de olivos y pistachos vinculado a Abel Pintos.

La familia de Alberto “Tito” Angulo y Yésica Ferreira, junto a sus 4 hijos e hijas, se rearma para seguir adelante su vida. Tito fue entrevistado por “Entre mate y mate”, y de la conversación emerge un testimonio cargado de dignidad y esfuerzo. Relata: “Ya hace un mes y dos semanas… estamos bien gracias a Dios, pero empezando de nuevo”. A pesar del dolor por la pérdida, su determinación no flaquean.

La colecta solidaria, que lleva por lema “los sueños no se desalojan”, ha sido clave en este resurgir: “compramos ladrillos, entregamos parte de pago en el lote y hoy vamos a comprar los áridos para empezar más firme”, dice Tito. Aún con faltantes de cemento y áridos, la comunidad ha ofrecido un sostén tangible y emocional.

Retomar el trabajo ha sido vital para avanzar: “lo bueno es que ya pude retomar mis laborales… gracias a Dios vamos encaminados”. Aunque en ocasiones debe faltar por tareas de la casa en construcción, subraya que esto representa un impulso esencial para continuar.

El contexto familiar también reclama fortaleza. Tito cuenta que su hijo Ángel atraviesa un tratamiento psicológico, y que cualquier recuerdo del lugar anterior lo afecta: “cuando se acuerda de algo vuelve al revés de caer… lo vamos llevando bien”. El más pequeño, al regresar a la antigua escuela, preguntó: “¿podemos ir a su casa?”. Explicárselo les quebró el alma.

Desde el municipio no hubo apoyo real: “hay un desinterés total… saben dónde estamos pero ni siquiera preguntaron cómo estamos”. Esa ausencia institucional contrasta con la presencia solidaria de vecinos y organizaciones. La colecta continúa activa: pueden colaborar por Mercado Pago (alias tituloangulo.mp) o contactarse al 261 334-4989. Coordinan donaciones y reciben materiales gracias a vehículos de familiares. También invitan a seguir su Instagram para seguir paso a paso los avances del proyecto y garantizar transparencia.

Compartimos la entrevista de Tito Angulo con “Entre mate y mate”:

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Antecedentes y contexto del conflicto

Desde febrero 2024, Tito Angulo, Yésica Ferreira y sus cuatro hijos habían comenzado a construir una vida en un lote de 1.500 m² en San Francisco, Lavalle, comprado de buena fe a través de una transacción ante escribano. El terreno formaba parte de un loteo donde más de 30 familias resultaron estafadas por supuestos vendedores de apellido Morales, quienes no eran dueños reales.

En noviembre de 2024, Marcelo González, socio del cantante Abel Pintos, informó que el terreno había sido adquirido legalmente por ellos, lo que derivó en denuncias por “usurpación” contra las familias afectadas. Aunque la familia demostró ante la ley la compra y posesión pacífica y pública, la justicia rechazó sus pedidos de nulidad y el fiscal solicitó una orden de desalojo formal.

El desalojo ocurrió el 28 de mayo, cuando la Policía ejecutó la orden. La hija de Tito tuvo un episodio de pánico y otros hijos afrontaron crisis nerviosas durante la expulsión. La causa judicial ratificó la propiedad del terreno a Pintos y su socio, vulnerando la posición de los compradores iniciales que acreditan haber actuado de buena fe.

La familia denunció además que el municipio ofreció un lote alternativo con la condición de no tener animales, lo que rechazaron dado que los animales eran parte del tratamiento terapéutico de sus hijos. Presentaron documentación médica que avala esta práctica.

Aunque Abel Pintos ha declarado públicamente: “lamento mucho lo sucedido y estoy solidarizado con ellos”, hasta ahora no ha habido comunicación concreta ni propuesta de reubicación real con la familia afectada.

Este caso expone una trama de estafa inmobiliaria, falta de acceso a la justicia y la vulnerabilidad de las familias campesinas vendidas como usurpadores. Sobre todo, refleja la desigualdad frente a proyectos de poderosos impulsados desde intereses privados sin contemplar los derechos de las comunidades afectadas.