Fue por el 2006 que vecinos y vecinas notaron actividad minera cercana al Río Atuel, y se autoconvocaron. La suma de información y difusión sobre la megaminería contaminante, fue sumando pueblo a la lucha por el agua, nace la multisectorial que luego pasará a llamarse AMPAP, con sus delegaciones en cada departamento. Desde su promulgación la ley tuvo varios intentos para derrotarla, ya que toca directamente intereses empresarios. Fue en el 2019 cuando la alianza de los dos bloques políticos mayoritarios traicionó al pueblo derogando la 7722. No por mucho tiempo, desde toda Mendoza llegaban a Ciudad caravanas de gente movilizándose bajo la misma consigna, defendiendo nuestro recurso vital. La presión social no iba a detenerse hasta lograr que volviera a estar vigente nuestra Guardiana del Agua, y así fue y así será, una clarísima demostración de la fuerza de un pueblo unido y organizado.